El síndrome de fatiga crónica se define como un trastorno que provoca un cansancio extremo que no mejora con el descanso. Es un tipo de fatiga que persiste en el tiempo y dura largos periodos, llegando a afectar a la capacidad de concentración y la memoria en las personas que lo padecen. Este agotamiento se puede ver agravado por la actividad física y mental, además afecta a la calidad de vida de las personas y a sus actividades cotidianas.
Aunque el síntoma principal es un cansancio extremo que dura más de seis meses, hay otros síntomas que se pueden presentar en este síndrome como dolor de cabeza, problemas para dormir, cansancio intenso después de más de 24 horas de haber realizado un ejercicio, dolor muscular, dolor en varías articulaciones, problemas de memoria, alteraciones del estado de ánimo, ya sea en forma de depresión, ansiedad y/o irritabilidad.
¿Existen causas?
Se desconoce la causa o las causas de esa dolencia. Probablemente, sean varios los factores que hacen que aparezca. Una de ellas se pensaba que podrían ser las infecciones crónicas, sobre todo las vírales. Otras teorías dicen que el síndrome de fatiga crónica puede tener su origen en disfunciones del sistema inmunitario, incluso enfermedades alérgicas. Igualmente, situaciones que conllevan un estrés psíquico continuo o un acontecimiento vital estresante pueden ser causa de la enfermedad. No está claro si algún tóxico del entorno pudiera estar implicado.
Tratamiento del síndrome de fatiga crónica
El síndrome de fatiga crónica no tiene un tratamiento específico. Se trata de ir poniendo soluciones a los síntomas que conlleva. Una parte muy importante del tratamiento pasa por el apoyo psicológico. Este tipo de pacientes frecuentemente se ven inmersos en una depresión, son incomprendidos por sus familiares y amigos, no pueden llevar a cabo su vida continua.
El ejercicio de forma moderada también es un buen tratamiento. Como sabemos, el practicar ejercicio de forma habitual mejora nuestra calidad de vida y nuestro estado de ánimo. Para los síntomas de dolor muscular y de articulaciones, deberán utilizar los analgésicos y los antiinflamatorios. También es necesario que estos pacientes tengan medidas higiénicas para el descanso, para poder conciliar el sueño y que este sea reparador y no agravar más el estado de fatiga.
De todas formas, en este tipo de dolencias es muy importante el apoyo familiar y también de las instituciones médicas, ya que son pacientes que sufren mucho y hay que tener paciencia con ellos.
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